Dos horas y cuarenta minutos. Es decir ciento sesenta minutos. Eso fue lo que duró el primero de dos shows de Dream Theater en su cuarta visita a Argentina, en esta ocasión en el marco de la presentación mundial de su último trabajo discográfico de estudio, «A Dramatic Turn Of Events», nominado a un premio Grammy y el primero sin Mike Portnoy, baterista y miembro fundador de los de Long Island, New York. La primera visita de los metaleros progresivos fue en 2005, en el estadio Pepsi Music (u Obras al aire libre); la segunda fue el lunes 3 de marzo de 2008 en el estadio Luna Park y la tercera, en el mismo recinto, fue el sábado 13 de marzo de 2010. En esta cuarta oportunidad, la banda prometió grabar lo que será un nuevo DVD en vivo, dirigido por Mike Leonard. De hecho, hubo diez cámaras distribuídas a lo largo y ancho del mítico Luna Park. Las dos cámaras más notorias estaban en los costados del escenario: dos brutas jirafas que no dejaron de moverse en toda la noche, capturando imagenes aéreas tanto de la banda como del público. Y ya que hablamos del público, podemos afirmar que el estadio estuvo a un 95% de ocupación. Solo se vieron algunas butacas vacías en el super pullman, es decir en la platea que se encuentra frente al escenario (una de las mejores ubicaciones para degustar un show en el recinto en cuestión).
El show dio inicio a las 21:30, con obertura a modo de intro del alemán Hans Zimmer mediante. Acto seguido, y una vez visibles los cinco protagonistas de la noche, el set comenzó de la mano de uno de los más épicos temas del último registro de Dream Theater, «Bridges In The Sky». El sonido no fue perfecto pero sí muy bueno. Finalizado«6:00» (qué bueno rememorar este tema!) James LaBrie saludó al extasiado público presente y reconfirmó lo que muchos sabíamos de antemano, es decir la grabación del próximo DVD en vivo de la banda. Ya no se trataba de un secreto. Lo sorpresivo (y creo que hablo por muchos al decirlo) fue el hecho de haber escuchado del mismísimo LaBrie lo que se leyó al principio de esta review: el show duraría dos horas y cuarenta minutos. Y digo «duraría» porque en ese momento de la noche nadie podría creer lo que había escuchado. Pocas horas antes del show, recibí un llamado de un amigo que, entre otras cosas, me comentó que había escuchado que la Dream Theater performaría la friolera de dieciocho temas. Al principio me costó creerlo. Pero cuando LaBrie dijo la duración del show, ahi me fueron cerrando los números. Fueron siete de «A Dramatic Turn Of Events» (claro, venían a presentarlo), dos de «Awake», dos de «Images And Words», dos de «Six Degrees Of Inner Turbulence», uno de «Metropolis II: Scenes From A Memory», uno de «Octavarium», uno de «Systematic Chaos» e incluso uno de «When Day And Dream Unite». Es decir que hicieron al menos un tema de todos sus discos menos del EP «A Change Of Seasons», «Falling Into Infinity» y «Train Of Thought». Diecisiete temas más la intro. Qué lindo.
Ahora hablemos de ellos, los músicos. James LaBrie sorprendió. En relación a su anterior actuación en Argentina, esta vez se mostró mucho más desenvuelto. Y cantó muchísimo mejor. No quiero decir que haya cantado mal antes, solo que en esta ocasión deslumbró a más de uno. Estuvo muy comunicativo con el público. John Myung estuvo… como siempre. Un personaje peculiar, cuya expresión no cambia bajo ningún punto de vista. El norteamericano de raíces coreanas dio cátedra con su bajo de seis cuerdas. Y listo. No le pidamos peras al olmo. John Petrucci, como siempre, demostró que es uno de los guitarristas más completos de la escena. Técnica, velocidad y virtuosismo. Y más también. Se lo tildará de frío. Pero no lo es. Petrucci es un tipo que disfruta lo que hace, haciéndolo a su manera. Bien por eso. Jordan Rudess. Qué decir de este músico iluminado que no se sepa. El pelado es un verdadero hijo de puta en lo suyo (sin ánimos de ofender a su progenitora, claro está). Como bien lo presentó LaBrie, Rudess es uno de los músicos más dotados y talentosos en la historia de la música. Y no exagera ni un poco. Un tecladista a la altura de Chopin, entre otros. Un verdadero genio. No por nada, es uno de los músicos más respetados y queridos en Dream Theater. Y Mike Mangini, la última adquisición de la banda, el reemplazo de un ser al que muchos tildaron de irreemplazable: Mike Portnoy. Mangini, como muchos saben, tocó con los mejores (Vai, entre otros), se destacó ampliamente en la escuela de música Berklee de Boston, rompió cinco récords mundiales como baterista más rápido y desde el viernes 29 de abril de 2011, oficialmente sucedió a quien fue miembro fundador de Dream Theater y, entre otras, uno de los mejores bateristas a nivel mundial. Su set de batería, encerrado en un corral cromado nunca antes visto, fue golpeado en su totalidad entre cuerpos y platillos. Una excelente incorporación. Un excelente músico. Mención aparte para los cuatro músicos argentinos (tres violines y un chelo) que acompañaron a la banda durante el mini-set acústico de dos temas («The Silent Man» y «Beneath The Surface»)
Ahora resta esperar el resultado de las grabaciones del día de ayer, domingo 19 de agosto, y las de hoy, lunes 20 de agosto, para poder degustar lo que será el nuevo DVD de Dream Theater en vivo en Argentina. La banda prometió volver hasta tanto dejen de existir. Ya es notorio el amor hacia la banda. Y de la banda hacia nosotros. Los esperamos.
Galería de Fotos:
Cobertura: Diego Almeyra
Fotografías: Pablo Gándara
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