Los Antiguos se formaron en el 2012 como un supergrupo del under con miembros de Avernal, Sauron, Anomalía y Cruzdiablo. Con su primera producción, el EP Simple, se convirtieron en una de las mayores promesas de la escena pesada, gracias a sus demoledoras presentaciones en vivo que a nadie dejaron indiferente. La expectativa era enorme luego casi 5 meses sin tocar en vivo y su segundo disco Madera Prohibida fue lanzado en su regreso a los escenarios en Mayo pasado, ante un Uniclub absolutamente repleto. Este álbum debía confirmar este gran presente y apuntalarlos definitivamente como uno de los mayores estandartes del stoner metal argentino: lo logra y con creces.

El disco impacta ya desde la portada, una excelente fotografía a cargo de Fernando Serani que retrata las inmensidades de un cerro espejado en un lago patagónico. Por otro lado el curioso nombre del álbum se debe a una guitarra Gibson adquirida por el guitarrista David Lapalucci que fue confiscada por el FBI por tratarse de un instrumento hecho con la madera de un árbol en extinción.

El disco es corto, a la vieja usanza. Con sus ocho tracks, apenas supera la media hora de duración. Considero este dato una virtud ya que apenas termina te quedas con ganas de más e insta a reproducirlo una y otra vez. Varias de las canciones ya venían siendo ejecutadas en sus shows hacía rato, pero escucharlas plasmadas al disco con un excelente sonido sin perder ni un gramo de la polenta que muestran en vivo es una clara muestra de la calidad del grupo.

Dentro de los estándares del estilo, la placa es muy heterogénea. Abre con la atrapante instrumental “C.O.C” (Comida o Cocaína) y luego encontramos canciones veloces y ultra rabiosas como “Te lo vengo diciendo” y “H.P.V.”, otras más rockeras y extremadamente gancheras como “La culpa al viento” o “El inventor del mal”. También se destacan otros temas más medio tiempo con riffs que son una patada en la mandíbula, es el caso de “Eslayer te va a matar”, “La gran campana” y “El hombre que no se puede ir”.

El laburo de violas de Sergio Conforti y David Iapalucci es fenomenal. Tanto desde los pesados y graves riffs como desde los solos y las armonías en canciones como “H.P.V” o “La culpa al viento”. El bajo de “Mow” Houdin tiene una fuerte presencia y se deja notar permanentemente para engordar un sonido brutal al que Pablo “Huija” desde los parches le da la fortaleza requerida. Pero sin dudas de lo más destacado es la aguerrida y furiosa voz de Pato Larralde, el carismático frontman de largas barbas grises que escupe sus líricas tan características.

Definitivamente, Los Antiguos con este disco se consolidan entre las mejores bandas del under nacional. Un fenómeno que crece cada vez más y probablemente ya le queden chicos los recintos habituales del género como Club V o Uniclub. En muy poco tiempo lograron superar la popularidad de sus otras bandas y sólo el futuro dirá hasta dónde llegarán. Mi apuesta es muy lejos.

Review realizada por Sebastián De la Sierra