
Las intenciones de una banda siempre son evidentes. Se nota cuando a un grupo le importa algo. En el caso de Leprous, es obvio que, en los últimos años, han tratado de establecer una conexión profunda con Sudamérica.
El show del 16 de marzo en el Teatro Flores marca la tercera visita de la banda en seis años, debutando en el 2019 en El Teatrito y repitiendo sala en el 2023. En el medio, su cantante, Einar Solberg, realizó un show en solitario en el 2024. Teniendo en cuenta el momento importante que está atravesando el grupo, con repercusión mundial, es destacable su compromiso.
Como dijimos, la cita está vez se da en el Teatro Flores, realizando una apuesta en cuanto a convocatoria. La noche fue amenizada por los locales Fughu, que realmente dieron un show memorable, no solo por musicalidad, sino por performance y entrega, algo que no suele abundar a la hora de ver algún acto soporte.
A las 21:00hs salió la banda noruega, sin mucha parafernalia y casi tímidamente para empezar con “Silently Walking Alone”, igual que su más reciente disco; Melodies of Atonement (2024). Si bien la última visita de los músicos había sido apenas un año y medio atrás, afortunadamente esta vez traían este nuevo material bajo el brazo. Una obra más climática, experimental, de tintes electrónicos como demuestra la canción “Like a Sunken Ship”, pero que se potencia en vivo. Como siempre, Solberg da una performance impecable, aunque a veces da la sensación de que las canciones son la excusa para sus piruetas vocales.
Por suerte, la banda sabe cortar con la solemnidad de la música, sea cuando Solberg interactúa con la gente en castellano, o cuando los músicos van rotando los instrumentos según la necesidad. Mención especial para el baterista Baard Kolstad, no solo por su habilidad técnica, sino también por ejercer función de frontman cuando la ocasión lo requiere, sacándole un poco de peso a su cantante.
Otro acierto es el balance de la lista. Los últimos discos de Leprous tienden hacia algo más accesible y cancionero (Siempre hablando del metal progresivo, claro) por lo que en esta oportunidad las canciones más viejas y agresivas, como “Passing” ayudan a que ambas caras de la banda se destaquen mejor. Y también muestran otra faceta de su cantante, que es cuando pudre su voz, cosa que es cada vez más raro escuchar en sus discos. Una pena porque lo hace realmente bien.
El resto del show se basa en un repaso parejo por sus últimos diez años, que, en definitiva, es la década que ha hecho que Leprous se destaque por sobre otros grupos. Quizás el momento de la noche se da en “Faceless”, canción que en estudio cuenta con un coro de fans de la banda de todo el mundo. La banda decide replicar esto invitando a una docena de fans, en su mayoría mujeres, en lo que resulta un gesto simpático.
El final es con el doblete épico de “Atonement” y “The Sky is Red”, culminando un show de dos horas de duración. Leprous está en un buen momento y eso se refleja en las tablas. Los músicos disfrutan de su solidez, tanto en vivo como en estudio. El show hace las delicias de los fans, pero quizás se torne un tanto largo para alguien más casual. Quizás en un futuro la banda se despache con algo más directo y logre hacer el crossover hacia un público más amplio, mientras tanto, bien vale la pena seguir el camino de Leprous de cerca.
Por Facundo Llano
PH: Holy Smoke
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Cuando sea el momento de hacer el balance del año a nivel musical, marzo será recordado como un mes en donde la sobreoferta puso a competir un sin fin de recitales con resultados poco felices, atentando incluso contra la realización de los mismos. La oferta era variada, por supuesto, con bandas que regresaban al país con una buena actualidad, otras que ligaban un empujoncito gracias a un meme, alguna que otra fogoneada hasta el hartazgo en Tik Tok, pero también, hubo bandas que hacían su debut en el país, siendo eventos con un mayor atractivo.
En su regreso a los escenarios, Textures pisó suelo argentino por primera vez el pasado jueves 13 de marzo. El Club Cultural Bula prestó sus instalaciones, mientras que los locales Bolo fueron los encargados de darle una cálida bienvenida a aquellos que se tímidamente se iban acercando. El ahora trío se despachó con un ajustado set de metal grave y lento, como ellos se definen, con Criptobiosis (2024), su disco debut, como punta de lanza. En épocas donde los actos de apertura poco tienen que ver con la banda principal, la elección de una banda como Bolo resultó totalmente acertada y es de agradecer la curaduría.
La tarde le dio paso a la noche, y tras algunos ajustes, los neerlandeses rompieron el silencio con «Surreal State of Enlightenment» dando comienzo a una verdadera celebración. Rápidamente la gran «Storm Warning» allana el camino para que «Reaching Home» sea el primer bombazo de la noche, logrando una conexión entre banda y público que poco abunda en bandas de este estilo. Las primeras impresiones daban cuenta de un sonido impecable desde el primer acorde (algo que se mantuvo toda la noche), una banda afilada que sin desatender todas las florituras de sus canciones invitaban al agite y un público entregado a cantar y a poguear cuando la canción lo requiera (¡Hasta hubo un wall of death!)
Sin nuevo material bajo el brazo, la banda recorrió sus cinco discos con principal foco en Silhouettes (2008), pero sin dejar de lado ninguno de ellos. Ya para el final «Singularity» le dio paso a «Laments of an Icarus», encargada del ponerle fin a la noche con broche de oro. Aquellas pocas almas que dimos el presente fuimos partícipes de algo que quizás no vuelta a repetirse, un viaje de emociones y sensaciones, íntimo, que perdurará por mucho tiempo y que poca justicia le hacen estas líneas.
Por Martin Tula
PH: Cuervo Deth
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Caustic presentó su esperado álbum debut, Scene of Crime (2024) con un show electrizante en Galpón B, donde el espíritu del heavy metal ochentoso se hizo presente con toda su energía. Acompañados por Innerforce y Batial, la noche fue un verdadero viaje a la época dorada del metal, con riffs afilados, mosh pits y puños en alto.
Batial fue la primera banda en pisar el escenario. Con claras influencias en bandas legendarias como Judas Priest, ofrecieron un setlist compacto pero potente, cerrando con su himno «Unidos al Heavy Metal» tema que da nombre a su primer álbum.
A las 21 hs, Innerforce demostró por qué su música sigue vigente. Iniciaron con «My Will Be Done», tema que recientemente tuvo su estreno en videoclip, seguido por «Before I Die». La banda no dejó afuera sus clásicos, destacándose «Revolutions» y uno de los himnos de la agrupación «Born to be free» con el que cerraron consolidando su presencia en la escena del power metal argentino.
Finalmente, Caustic tomó el escenario y desató una tormenta de velocidad y potencia con su flamante disco Scene of Crime (2024). Desde el primer acorde de «Riding Tonite» y «Sweet Prisioner», la energía se apoderó de Galpón B, donde los fanáticos la mayoría vestidos con chupines y cabelleras batidas, se entregaron al headbanging y el mosh.
Momentos de teatralidad se vivieron con «Arrow Fire» y «Zombie Road», donde además los músicos demostraron todo su virtuosismo con solos demoledores de guitarra y batería. En la segunda parte del show, la banda sorprendió con una puesta en escena inusual: un actor irrumpió caracterizado como un profesor exclamando «con esa guitarra y haciendo música no vas a ningún lado», «vayan a estudiar y trabajar» a lo que el público respondió con el clásico «ortiva, ortiva». Segundos después, los músicos reaparecieron en escena más descontracturados y «expulsaron» al profesor, generando risas y complicidad con la gente.
Para el cierre, Caustic dejó todo en el escenario con «Made Out of Lies» y «Cold Metal Light» poniendo punto final a una noche inolvidable de speed heavy metal. Con la presentación de Scene of Crime (2024), Caustic dejó en claro que el heavy speed metal argentino sigue más vivo que nunca con una propuesta fresca y llena de adrenalina.
Por Sergio Silva
Lo interesante de una banda como Lacuna Coil es que puede camuflarse en las distintas vertientes del genero. Anteriormente, llegaron al país junto a Hatebreed y Lamb Of God (2012). Luego, en solitario pasando por los escenario de Groove y El Teatrito. Esta vez, el Teatro Flores fue el encargado de abrir las puertas para recibir a la banda italiana.
La nueva visita significo el regreso de la banda a la Avenida Rivadavia. Han pasado 15 años del debut de Cristina Scabbia en el país. En ese entonces, se trato de la gira presentación de Shadow Life (2010). Ahora del reciente Sleepless Empire (2024). El punto más alto: las listas de temas de ambos conciertos no tienen practicamente punto en contacto. En aquella oportunida, Nameless fue la encargada de abrir el show; para esta ocasión la joven banda Nihil fue la elegida.
Nihil es una banda bonaerense nacida en 2021. Tan solo un año después de la última vista de Lacuna Coil. La propuesta va entre poderosos riffs de Lucas Ezequiel Lopez Torres y Diego Russo, las basses de Lucas Martinez (bajo) y Martin Rosende (batería) más la voz de Belen «Abel» Pedemonte. Publicados hay dos ep Civis (2023) y Navis (2024), pero el salto estuvo al reversionar la nueva etapa de Linkin Park :«The Emptiness Machine»
La situación en la calle fue extraña y conocida. Durante la tarde, la Capital Federal estuvo prendida fuego. Las inmediaciones del Congreso de la Nación estuvieron repletas de manifestantes a favor de las protestas que realizan los jubilados desde hace varias semanas por una mejora en su salario. El transito era un caos, pero perderse algunas canciones no es problema cuando desde algunos sectores se naturalizan detenciones arbitrarias, golpes letales a trabajadores de prensa, represión violenta a la tercera edad y la criminalización de la protesta toca la puerta.
Para cuando Lacuna Coil salió al escenario, el Teatro tenía una buena convocatoria, pero no colmado. Afuera, más de 100 detenidos, hasta incluso menores de edad. Adentro «Layers of time» inició el repertorio que se extendió por casi dos horas y un total de 22 canciones. Luego llegaría «Reckless» y «Hosting the shadows» como el tridente inicial. Lamentablemente, el sonido tardo en acomodarse y los fanaticos, desconozco si por esta razón, también estuvieron calmos durante estos primeros minutos.
Cristina Scabbia lucio como una Caperucita ditorsionada, con un vestido rojo con capucha, maquillada como guerrera cirquense. Andrea Ferro de negro y pelo peinado con gomina marco actitud y presencia. Ambos, pero más Cristina, incentivaron y dominaron al público con arengas. Y por si acaso, a pedido de los fans, la cantante se dirigiria en italiano y no ingles.
«Trip of darkness» pareció describir el día. Los ojos semiabiertos por los gases lacrimogenos y por la necedad e irresponsabilidad de otros y aunque se intente ver la belleza en todo, el mundo, y particularmente nuestro país se marchita. Siguio «Apocalypse» y sin duda la distopia, más real que imaginaria, volvía a ponerse en tela de juicio. A veces las palabras son innecesarias y «Enjoy the silence» de Depeche Mode, representa eso. Sin embargo, en otros momentos, el llamado a la acción y al discurso es menester. El debut de «I Wish You Were Dead» logro unos de los momentos más algidos de la noche y finalmente el bis fue en versión extendida. «Never dawn», el segundo debut con «Gravity», el clásico «Swanped XX», la sorpresa de «Senzafine» en plan accapella por pedido del público y finalmente «Nothing stands in Our Way.»
El sexto show de Lacuna Coil en Argentina fue de menor a mayor. In crecendo en sonido, desempeño y también en el fervor del público. Mientras la banda se despedía, la actualización de detenidos aumentaba. Los mensajes a fiscalias y abogados de derechos humanos no cesaron. Lacuna Coil fue un refugio, un pequeño descanso entre tanto caos. La banda continuaba su recorrido a Chile. Aquí, la jueza Karina Andrade ponía en liberación a los detenidos al ponderar el derecho a la protesta.
PH: Maru Debiassi / NWM Productions (Cortesía )
El pasado 12 de marzo no fue un día más. Mientras la represión injustamente se adueñaba de las calles del centro porteño, al son de una manifestación pacífica que se convirtió en el objetivo de un compendio de prácticas de brutalidad policial, en el otro extremo de la ciudad iba a tener lugar un esperado concierto, una velada memorable para los más fanáticos del rock pesado tradicional. Esa noche, en el habitual local del Abasto, Uniclub, iba a tener lugar el desembarco del poderoso tándem formado por los suecos Graveyard y los canadienses Danko Jones, a los que se sumaron los argentinos Camionero.
Pasadas las 8 PM comenzó el set de Camionero. Los oriundos de Beccar se apoderaron instantáneamente de las tablas. Su característico blues rock setentoso tomó por asalto la atención de propios y extraños. El dúo conformado por Joan Manuel Pardo (guitarra y voz) y Santiago Luis (batería y coros) probó porque es uno de los nombres claves de los últimos años en la escena argentina de rock tradicional. La potencia de su estilo se pudo apreciar en temazos como «Rico Chico», «Lo Hago Mal Me Siento Bien», «Genio del Abasto» y «Un Poco Más de Consideración», entre otros. Los rockerísimos riffs y melodías de Pardo se pasean entre las sólidas e intensas bases de Luis generando interesantes dinámicas sin perder de vista la estructura rock clásica, una fórmula que se luce gracias al nivel interpretativo de la dupla.
De la mano de «Guess Who’s Back» comenzó el set de Danko Jones. Continuaron con los tapones de punta y así sonaron «Get High», «I Gotta Rock» y «Lipstick City». Tras unas palabras para presentarse formalmente ante el público argentino, Dan «Danko» Jones expresó sus sinceras disculpas ‘por haber tardado tanto’ en debutar en nuestro país. La promesa de dar el mejor show posible estaba hecha. «First Date» y su irreverente letra subieron la temperatura. La gente seguía ingresando al recinto y esto molestó un poco al calvo frontman, lo que derivó en una furiosa arenga y una rabiosa versión de «Good Time», con su patotero estribillo resonando en el local capitalino y sumando más y más aprobación entre los presentes. Para agregar un poco de calma, Jones interpreta a solas la intro de «You Are My Woman», ganando aplausos, para luego rematar con «Flaunt It». En este momento se dió la mayor señal de aprobación del público argentino: un vitoreo multitudinario al grito de ‘peladooo, peladooo’ que sorprendió a un atónito Jones que parecía no entender nada, hasta que el bajista JC Calabrese le explicó la naturaleza de los cánticos y el cantante pidió más vehemencia en el coro, un divertido momento en un show de por sí entretenido. La mejor canción de los canadienses se materializó en la metálica «Had Enough», demostrando la superlativa calidad en vivo del trío: Jones lidera la canción con sus riffs y voces, Richard Knox apoya desde atrás con potencia y soltura y Calabrese aporta el groove y los huevos necesarios para mantener todo en su lugar. «Lovercall», «Invisible» y la hiterísima «My Little RNR» cerraron la presentación dejándonos con ganas de más, con sed de rock, como debe ser. Que se repita pronto.
Con los primeros acordes de «Twice», los Graveyard abrían fuego y comenzaban su show con todo. Un Uniclub al 75% se enganchó al toque con los suecos. «Please Don’t» y su irresistible marcha mantuvieron la llama con buena salud, a la que le pegaron la intensa «Cold Love». Una perlita se materializó en una excelente versión de «From A Hole In The Wall», única canción del disco Innocence And Decadence (2015). «An Industry of Murder» y su riff a lo 13th Floor Elevators aportó misterio y atmósfera densa para luego contrastar con «Slow Motion Countdown» y su cadencia bluesera, cerrando este primer tercio del concierto. La espesura del aire se mezclaba con cervezas y flores quemadas dando el ambiente preciso para que sonara el himno «Hisingen Blues», del disco homónimo, el éxtasis fue total. Los oriundos de Gotemburgo no dudaron en subir la apuesta con una acelerada versión de «Goliath», revisitando nuevamente el disco Lights Out (2012). Otro brillante momento de blues se vivió de la mano de «Uncomfortably Numb» y un Joakim Nilsson completamente entregado a la interpretación, destacándose también el laburo del bajista y ocasional vocalista Truls Mörck, figura clave del sonido del combo sueco. La purpleana «Rampant Fields» sumó un poco de sexo al rock y se llevó un ferviente aplauso de la gente. «Walk On» fue otra de las canciones que quedaron grabadas en la mente de un servidor, su efervescente ritmo y candentes fraseos hicieron las delicias de los rockeros más exigentes. Es indudable: la facilidad de los escandinavos para interpretar esta música es total. Cada riff, cada solo, cada parte vocal, cada golpe de percusión, todo está apuntado hacia el culto al rock más tradicional, todo llevado con total naturalidad. Ninguno de los cuatro miembros se queda atrás. «No Good, Mr. Holden» y «Ain’t Fit To Live Here» anunciaban el final del show, pero aún así el respetable disfrutó a más no poder la excelsa versión de «The Siren» y esa épica letra de demonios del agua. Nos dieron todo y nos quedamos con ganas de más. Por tercera vez en la noche. No es poco.
La indignación, la angustia y la bronca se irían apoderando de nuestras cabezas al ir actualizándonos sobre la situación en la manifestación. Era inevitable, pero al menos tenemos la salvedad de que tuvimos un pequeño respiro. ¿Qué es el rock? Ruido. Libertad (la verdadera). Pasión. Una descarga. ¿Es acaso lo que queremos que sea? Es difícil decirlo. Si nos ponemos más directos podemos decir que el rock es lo que se vivió esa noche: en un día sumamente oscuro un concierto vino a salvarnos por al menos un rato. No es poco. Camionero, Danko Jones y Graveyard lo saben y por eso dieron el 666% sobre el escenario. Como predijo Jones que diríamos en el futuro: «Yo estuve ahí».
Por Boris Bargas
PH: Cecilia Principe
El clásico tardío de los legendarios Angra, Temple Of Shadows (2004), recientemente cumplió su 20 aniversario, excusa perfecta para un nuevo encuentro con el público argentino. Los comandados por Fabio Lione , se presentarán en el habitual Teatro Flores el próximo 28 de marzo, interpretando la obra en su totalidad. Además de esta fecha en la Capital Federal, el 27 y 29 tocarán en Neuquén y Córdoba, respectivamente.
La banda actualmente está formada por Lione (ex-Rhapsody, Labyrinth y Vision Divine) en voz, Rafael Bittencourt (único miembro original) y Marcelo Barbosa (ex-Almah) en guitarras, Felipe Andreoli (también ex-Almah) en bajo y Bruno Valverde en batería. Además de una buena excusa para escuchar sus éxitos de siempre, esta ocasión tiene el llamativo hecho de que el disco homenajeado nunca se presentó en nuestro país. Luego de la salida del desaparecido André Matos, la formación con Edu Falaschi al frente debutó en Argentina en 2001, pero no fue hasta 2007 que volvieron, con la gira de Aurora Consurgens (2006). Así que veremos un show único e ideal para los más completistas y acérrimos fans del combo paulista.
Temple of Shadows constituye un hito dentro de la discografía de la banda en sí mismo. Siendo considerado fácilmente uno de los mejores 3 álbums de los powermetaleros brasileños, el disco también marca la solidificación de una formación relativamente nueva. Sin el icónico Matos, el debut con Falaschi en las voces, Rebirth (2001), tiene la difícil tarea de presentar un nuevo cantante, una nueva formación instrumental y un enfoque diferente. Las composiciones estuvieron a la altura, los fans acompañaron y la historia lo puso en el lugar que se merece, pero una presión acaso mayor recaería en su sucesor: Temple Of Shadows debía demostrar que lo de Rebirth no fue casualidad ni suerte. Y vaya que estuvieron a la altura.
El tracklist contiene algunos de los mayores temazos en la historia de Angra. Desde «Spread Your Fire» a «No Pain For The Dead», de «Temple Of Hate» a «Morning Star». Las composiciones fluyen con unidad pero sin perder personalidad. Se mantienen dentro del power metal tradicional pero sin perder frescura, suman elementos progresivos, sinfónicos y acústicos, todos elementos ya presentes en álbumes anteriores, sí, pero sin sonar a refrito ni por asomo, las dinámicas están a favor de la composición, dándole a cada canción lo que pide. Además se dieron el gusto de invitar amigos de la talla de Hansi Kürsch (Blind Guardian), Kai Hansen (Gamma Ray) y el histórico cantante popular Milton Nascimiento. Del neoclasicismo a la velocidad, de lo complejo a lo sencillo, el álbum siempre será un punto importante en la historia de Angra y del power metal todo, un faro de frescura en un género que es un eterno esclavo de la saturación y la repetición.
Huelgan las palabras, lo de Angra será histórico, no solo por el motivo, sino que es una banda que a pesar de los cambios de formación, siempre puso la calidad de su música al frente. Las entradas se consiguen en Passline.
Dicen que lo bueno se hace esperar. Tuvieron que pasar ocho años para que volvamos a sentir como impactan sobre nuestro ser las esquirlas de poderoso thrash metal, pero valió la pena. Volvió Metralla, carajo.
A lo largo de 1 hora y media, hicieron un atronador recorrido por sus dos albumes de estudio, dejándo extasiado a todo el público que no paró de moverse en toda la noche.
El tándem Moreno – Hoyos suena tan electrizante como siempre. Medina – Núñez es la base rítmica que todo grupo del género quisiera tener. Por su parte, Hugo Benítez sigue afirmando porque es una leyenda del Metal argentino, con un despliegue apoteótico de su cualidades vocales.
Hay canciones que envejecen como un buen licor, porque con el pasó del tiempo suenan mejor. Los temas pertenecientes a Fuego en las mentes y Sotanas de Satanás definitivamente hacen honor a este axioma. «Masacre demócratica» suena tan actual como cuando fue compuesto hace 15 años. «Crisis nerviosa» parece que fue escrito en 2020. Y la letra de «Nido de viboras» lamentablemente es atemporal.
Siendo una noche tan especial, se tenía que hacer algo especial. Demostrando que todo queda en familia, subieron a tocar Tomas Doglioli y Nicolás D’Cristofaro, ex guitarristas del grupo, para interpretar junto a ellos «Peligro de extinción» (D’Cristofaro) y «Fuerte como un roble» (Doglioli. Una emocionante versión, con dedicatoria para Alberto «Chicho» Villagra. Bajista fundador, fallecido en 2008.).
Algo fundamental de este quinteto es su compromiso social. Durante toda la noche Benítez dejó muy en claro su postura con respecto a los abusos ejercidos por las Fuerzas del poder, tanto en el pasado como en el presente.
El final del recital merece su párrafo aparte. Con la imagen de Ricardo Iorio en la pantalla y dedicada al mismo, empezaron a sonar los primeros acordes de «Solución suicida». El cansancio de la hora previa pareció esfumarse. Fue como un chizpazo de energía para que sigamos cantando a todo pulmón. Porque los himnos se cantan así. Hasta que te falle la garganta. Más que broche de oro, fue un broche de adamantio. Espectacular.
Antes de cerrar, quiero hacer mención de las bandas que se encargaron de abrir las festividades.
En primer lugar estuvo Capthor, un quinteto de heavy Thrash provenientes de Santa fe que dió un adrenalinico set compuesto por temas propios, además de una celebradísima versión de «Wrathchild» tocada por el pequeño gigante Mateo Andrade. El futuro del Metal está a salvo.
Haciendo que la velada sea totalmente federal, nos fuimos de una punta del país a la otra para disfrutar de la patada en la jeta que nos dió Warfare. Oriundos de Tierra del fuego, son fulminante un cuarteto de thrash con un cantante que usa tanto guturales como agudos al estilo de Halford. Por el momento solo tienen el disco Respiro venganza (2023), pero el sábado ya estuvieron anticipando lo que se viene con dos primicias.
No duerman con ninguna de las 2 bandas. Merecen ser escuchadas.
Me volví a casa (muy) cansado. Muy feliz. Pero con una frase grabada en mi mente: Con los jubilados, no.
Por Alejandro Williams
Gutalax, la banda oriunda de Chequia, llegará por primera vez a nuestro país el día 20 de marzo. La cita, con toda la parafernalia famosa de la banda, tendrá lugar en Uniclub, el clásico recinto a metros del Abasto Shopping. Las bandas locales, y de diferentes puntos del país, serán Brutal Noise de Córdoba, Bukowski de Mendoza, Cranialgrind de Tucumán y Displeasure y Cahnalet de Buenos Aires.
El encuentro se dará en el marco del Criminal Metal Club, oriundo de Córdoba bajo el nombre de Criminal Metal Camp, que para esta ocasión, traslada el festival mas brutal del interior del país a CABA por primera vez.
Gutalax nace en lo que hoy en día es Chequia, en el año 2009. Los propios miembros de la banda definen su música como «gore n’ roll», que consiste en una mezcla de gore y porngrind con una dosis de humor. La temática de sus letras suele ser escatológica, hablando de temas como la coprofagia, , tal es así que su actual tour se titula «Diarrhea Invasion». De su música destaca el uso del «pig squeal», un estilo de canto gutural que imita el sonido del cerdo.
La banda cuenta con tres discos de estudio, Shit Beast (2011), Shit Happens (2015) y The Shitpendables (2021). Así mismo, cuenta con un EP del año 2014 Telecockies, y algunos splits.
El show promete música extrema, humor, mamelucos, papel picado, nieve, diarrea en polvo (libre interpretación) en lo que será sin dudas una noche memorable.
Las entradas se consiguen a través de Al Pogo.
Dark Angel, la leyenda del thrash metal americano, llega por primera vez al país para desplegar todo su poderío en una noche que promete dosis letales de violencia. La cita tendrá lugar el próximo viernes 21 de marzo en El Teatro Flores, ubicado en Av. Rivadavia 7806, C.A.B.A.
A continuación te dejamos 5 claves que hacen de este show una obligación.
1. Esperado debut
Dark Angel es una institución del thrash metal y una parada obligatoria a la hora de acercarse al género. Aquella trifecta clásica de discos conformada por Darkness Descends (1986), Leave Scars (1989) y Time Does Not Heal (1991) al día de hoy se mantienen insuperables tanto en calidad compositiva como en niveles de violencia. Sin lugar a dudas, esta primera visita de la banda al país es de la más esperada por todo aquel fan de la velocidad y el machaque.
2. Formación (casi) clásica
«¿Quienes tocan ahora?», «¿Vienen con la formación clásica?», «¿Esos grabaron los discos» son algunos de los interrogantes que surgen entre el público a la hora analizar la alineación de una banda histórica que arriba al país. En el caso de Dark Angel, la formación actual incluye a Gene Hoglan (batería), Eric Meyer (guitarras), Mike Gonzalez (bajo), Ron Rinehart (voz), más la reciente incorporación de Laura Christine en guitarras. Ciertamente, no hay lugar para ningún tipo de queja y/o reclamo.
3. Setlist cargado de clásicos y… ¿nuevo material?
De un tiempo a esta parte, a través de sus redes, la banda lanza pequeños anuncios de que se está trabajando en un nuevo disco. Y si bien llegan a nuestro país sin material editado, en varias entrevistas Gene Hoglan adelantó que van a estar presentando dos nuevas canciones, además del todos los clásicos. Seremos de los primeros afortunados en el mundo en escuchar tales estrenos.
4. Representación local acorde
No son pocos los recitales en los cuales los actos de apertura poco tienen que ver con la banda principal. Quienes acompañarán a Dark Angel el próximo 21 de marzo en el Teatro Flores serán los locales Tungsteno, Manifiesto, Frantic y Zarkas. Dos bandas bien asentadas en la escena local y dos bandas relativamente nuevas que darán un buen pantallazo de lo que es la escena del thrash nacional en la actualidad.
5. Gene Hoglan
Una vez mas tendremos la dicha de presenciar en los parches a una eminencia del instrumento. Para aquellos que no lo ubican, Gene Hoglan es el responsable de las baterías de algunos discos clásicos del metal. Por nombrar algunos: Individual Thought Patterns (1993) y Symbolic (1995) de Death, Demonic (1997) de Testament, City (1997) de Strapping Young Lad, Ill-Natured Spiritual Invasion (1997) de Old Man’s Child y por supuesto, la clásica trifecta de Dark Angel anteriormente mencionada. Aquellos que ya hemos visto en vivo a «El Reloj Atómico», podemos dar fe de la descarga de violencia que presenciaremos.
¿Dónde se consiguen las entradas?
- Sistema Passline
- Icarus Music Store
- Oficinas Icarus Music – Aristobulo del Valle 104 de Lunes a Viernes de 9 a 18 hs